En interiores, al suelo de barro, y tras una exhaustiva limpieza le aplicamos un tratamiento que lo protege completamente pudiéndose elegir entre acabado brillo a mate. Su limpieza cotidiana resulta extremadamente cómoda. El suelo no absorbe mancha alguna y conserva toda su textura y color.
Una vez seco, limpiamos el suelo y aplicamos el tratamiento mas adecuado al uso que se pretenda, y gustos de nuestros clientes. Realizamos el tratamiento de nuestros suelos rústicos en obra, porque solo así se consigue la terminación particular que cada espacio requiere, lo que aporta, además, un importante valor añadido al producto. Esta tarea, aunque no complicada, conviene ser realizada por profesionales para poder garantizar un acabado impecable y duradero.
La limpieza se puede realizar con mopa o fregona utilizando detergentes con PH neutro con la finalidad de no atacar las ceras. En su mantenimiento bastará, con aplicar una mano de cera líquida cada uno ó dos años según uso. Se sorprenderá de la facilidad con que se limpia y mantiene un suelo de barro adecuadamente tratado.
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